La semiosfera by Iuri M. Lotman

La semiosfera by Iuri M. Lotman

autor:Iuri M. Lotman [Lotman, Iuri M.]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Fondo Editorial
publicado: 2019-03-15T05:00:00+00:00


V

Los espacios simbólicos

1. EL ESPACIO GEOGRÁFICO EN LOS TEXTOS RUSOS MEDIEVALES

La comprensión del espacio geográfico es uno de los medios por los cuales el espíritu humano modela el espacio. La geografía ha visto la luz en circunstancias históricas particulares, y los diferentes contornos que ha adoptado dependen de la naturaleza de los modelos generales del mundo del que ha formado parte. No tenemos la intención de describir aquí el espacio medieval en su totalidad, sino de poner brevemente en evidencia algunas de sus diferencias con nuestra geografía moderna.

En el sistema del pensamiento medieval, la vida terrestre tenía una clase de valores opuesta a la de la vida celeste. La Tierra, en cuanto concepto geográfico, era percibida como el lugar de la vida terrestre (es decir que era un miembro de la oposición 'Tierra/cielo') y, por consiguiente, revestía una significación religiosa y moral desconocida de la geografía moderna. Esas ideas se aplicaban a toda la geografía: algunas regiones eran virtuosas y otras pecadoras. Moverse en el espacio geográfico significaba desplazarse a lo largo de una escala vertical de valores religiosos y morales; la cima de la escala estaba constituida por el cielo, y su base, por el infierno.

Pero cabe recordar que para el espíritu medieval ruso esas oposiciones de 'Tierra/cielo' y 'vida terrestre/vida del más allá' implicaban una situación propiamente espacial para el segundo miembro de las oposiciones. La idea de que la vida terrestre podía ser opuesta a la vida celeste como el espacio al no espacio era firmemente rechazada por el pensamiento más 'realista' de la ortodoxia *. El obispo Basil de Nóvgorod censuró al obispo Fiódor de Tver por su afirmación de que la posvida se desarrollaría fuera del espacio, y sería de naturaleza puramente ideal. El obispo Basil escribió: 'Y según tú, mi hermano, cuando Cristo en el Evangelio habla de su retorno, ¿lo hace en forma figurada?'.

Más aún, puesto que la vida terrestre es transitoria y está sujeta a la putrefacción, mientras que el cielo es eterno e incorruptible, entonces, la 'materialidad' del cielo es más bien 'real'. Los seres santos que allí habitan no están sujetos a la decrepitud, a la descomposición ni a la muerte, aunque no son inmateriales, sino al contrario eternamente materiales.

Todas las obras de Dios son incorruptibles. Yo mismo, hermano, soy el testigo, cuando Cristo entró libremente en Jerusalén para vivir allí su Pasión, con Sus manos cerró las puertas de la ciudad, y hasta el día de hoy siguen cerradas […] Cristo plantó allí cien higueras y no se han movido, no han muerto y no se han podrido. (Colección completa de crónicas rusas, 1853, p. 88)

Así, la vida terrestre, temporal, puede ser opuesta a la vida celeste, eterna, pero esa oposición no es de orden espacial. Además, las nociones de valor moral y de situación local se han fusionado: los locales han adquirido una significación moral, y las nociones morales, una significación espacial. La geografía se ha convertido en una forma de ética 1.

De ese modo, cada movimiento efectuado en el espacio geográfico se hace significante en el sentido religioso y moral del término.



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